Una manera de comunicar los sentimientos y la cosmogonía de los pueblos indígenas.
Revista Palabra infinita
“A mí me pesó más el hecho de ser indígena y no ser escuchado. Me descubrí y reflexioné acerca de la injusticia que padecíamos, porque siendo que el náhuatl es una lengua con todos los aspectos que debe de tener un idioma, en realidad no éramos escuchados. Me preocupó la invisibilidad en la que se encontraba mi lengua madre. Por ello fui al encuentro con la escritura y en consecuencia me acerqué a la poesía con el propósito de comunicar los sentimientos y la cosmogonía de mi pueblo”.
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se conmemora el 9 de agosto, la revista Palabra Infinita reconoce el trabajo que poetas y narradores están haciendo con el objetivo de preservar la cultura, la identidad y las lenguas originarias de las diversas etnias de nuestro país.
Juan Hernández Ramírez, poeta veracruzano de origen náhuatl, castellanizador, maestro bilingüe, activista de las causas de los pueblos originarios; nació en Colatlán, localidad ubicada dentro del municipio de Ixhuatlán de Madero, en el norte del estado de Veracruz. Es licenciado en Lengua y Literatura españolas por la Universidad Autónoma de Tlaxcala, con formación en Lenguas indígenas por parte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y Diplomado en Creación literaria por la Universidad Veracruzana.
En 1976, ingresó al Sistema Nacional de Promotores Culturales Bilingües, y esto le dio la oportunidad de estudiar para profesor de Educación Primaria en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio.
Juan Hernández forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte en México y es presidente de la Asociación de Pueblos Originarios de México “Ketzalkoatl”. Asociación creada con el objetivo de seguir preservando la identidad, la lengua y la cultura a través de trabajo y desarrollo comunitario. Como hablante de náhuatl sostiene que el español es nuestra segunda lengua, que han intentado hacer homogénea desde los tiempos de Rafael Ramírez, incluso han tratado de borrar las raíces culturales, dejando huellas y memorias de dolor desde entonces, cuando a los niños se les castigaba por hablar su lengua de origen.
“Los indígenas merecen una educación integral en donde se reconozcan a ellos mismos y sus ancestros, donde la herencia de su lengua prevalezca entretejida con los temas de la educación occidental”.
Gran parte de su vida se ha centrado en preservar la auténtica cultura patrimonial, salvaguardar la riqueza cultural de las diversas etnias y difundir las lenguas originarias como el náhuatl, teneek, popoluca, totonaco y todas aquellas con las que se narra la cosmovisión de los pueblos originarios que existen en el estado de Veracruz; acciones que le han llevado a obtener algunos reconocimientos como el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2006 en poesía, otorgado por El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas; el Premio en el XXIII Concurso de Cuento Náhuatl, Puebla, 2007 y el Premio Continental de Lenguas Indígenas. “Canto de América”, 2008; y en el año 2018 fue galardonado por la máxima presea concedida por el Congreso Local de Veracruz, la Medalla Adolfo Ruíz Cortines, por su compromiso con las etnias de Veracruz y sus esfuerzos en la preservación de las lenguas indígenas mediante el impulso y difusión de la creación literaria por parte de la LXV Legislatura.
También ha colaborado en publicaciones bilingües y fue cotraductor del español al náhuatl de la Constitución del Estado de Veracruz y otros documentos oficiales, y ha sido voz de los pueblos indígenas de México en lugares como la Universidad de París, La Sorbona, donde ha compartido lectura de poesía náhuatl.
“Es totalmente diferente” escribir en náhuatl que en español, debido a las normas de escritura, la métrica, los ritmos. Una traducción es difícil porque a veces palabras o frases enteras no encajan del todo, por lo cual es necesario no traducir de forma literal un verso, sino
preocuparse por trasladar el significado”.
Como poeta y narrador, se dio a la tarea del rescate, desarrollo y preservación de valores culturales y educativos de las etnias de la región huasteca de Veracruz, donde, como maestro bilingüe en la región de Chicontepec, promovió la escritura de poesía, narrativa, cuentos, mitos y leyendas en cada una de las lenguas maternas y se tradujeron al español, además se entregó al rescate de la música y danzas autóctonas.
“La poesía viene con uno, viene amarrada con el cordón umbilical […]. Los niños indígenas aprendemos a sentir el fuego, a mirar la lluvia, a disfrutar el sol, a sudar, y a vivir la naturaleza; la observación es lo que nos trae la inspiración que a veces buscamos en todas partes. Creo que desde chicos se nos invita a conocer la naturaleza, y en el niño que es observador va naciendo la literatura”
Su trabajo poético ha sido antologado en varios libros y publicado en revistas nacionales y extranjeras. Entre ellos: Auatl iuan sitlalimej (Encinos y estrellas) Fondo Editorial de Culturas Indígenas, Gobierno del Estado de Veracruz, 2001; Hamerle Editori (Los soles de la vida) publicación en italiano y español, poema de largo aliento en antología con poetas indígenas mexicanos; Eternidad de las hojas, monolingüe en español, 2006; Chikome xochitl (Siete flor), editado por Conaculta y la Dirección General de Culturas Populares; Totomej intlajtol (La lengua de los pájaros), 2008; Tlixochimili (Jardín de fuego), Solar Servicios Editoriales México, 2014 ; Tlalxiktli (Ombligo de la tierra), IVEC, Gobierno del Estado de Veracruz, 2015; Tlen atl eyi tlachialistli (Tres miradas sobre el agua) Trois regards sur 1´Eau, tercer libro de poemas, tres autores en tres lenguas, coedición, 2016; Tepemej ininkuik (Cantos de la montaña), publicado en España, 2018.
Sus libros más recientes: Sintli Itos (La voz del maíz), son doce relatos que reflejan la riqueza de la tradición oral de los pueblos originarios, sus tradiciones y su cosmogonía. Y Ejekateskatl (Espejo del viento), poesía náhuatl-español, escrita en verso libre. Son trece poemas que cuentan la historia del pueblo náhuatl, Colatlán, lugar donde nació. En ellos, el poeta describe el principio de todo cuanto es, de los dioses, de la creación y de nuestro paso fugaz por esta tierra.
Debido a la contingencia que estamos viviendo en todas partes, el maestro Juan Hernández permanece una temporada en la ciudad de Xalapa y otros meses se refugia en Colatlán, su ciudad natal, donde retoma la escritura y la música, pero además tiene una parcela en la que siembra maíz y otros frutos saludables.
El trabajo del maestro Ramírez continúa, pues considera que existe una gran responsabilidad y compromiso para lograr que los hablantes de lenguas indígenas tengan una percepción diferente de que su lengua es un obstáculo y, en cambio, tengan un alto orgullo de apreciar lo propio para las nuevas generaciones.
Debido a la contingencia que estamos viviendo en todas partes, el maestro Juan Hernández permanece una temporada en la ciudad de Xalapa y otros meses se refugia en Colatlán, su ciudad natal, donde retoma la escritura y la música, pero además tiene una parcela en la que siembra maíz y otros frutos saludables.
El trabajo del maestro Ramírez continúa, pues considera que existe una gran responsabilidad y compromiso para lograr que los hablantes de lenguas indígenas tengan una percepción diferente de que su lengua es un obstáculo y, en cambio, tengan un alto orgullo de apreciar lo propio para las nuevas generaciones.
Compartimos uno de sus poemas.
Juantsin totomej intos (Juan el de voz de pájaros)
Ueyatl ojtipaj kiauitl kiuauatatsa tlen tiotlak tlasoli. Lonkejtok kuatinij onkaj kampa eli tlitl ineljuayo. Teipaj tlauelotl inepapan kalsosolmej pankisa tlauili. iuan tlalchiuilotl ejekatipaj kitemoua tlen mopolojtok atitlaj neskayotl. Tlali onkaj ipan nekaulistli iue yixkaj, ipaj uajkapaeuaj tlatiochiualisjuitl kipiasej inintekij ipan tetl tlaixpaj.
Juan Hernández Ramírez
Rumbo al mar,
la lluvia arrastra
la basura de la tarde.
Hay árboles arrancados
desde su raíz de fuego.
Después de la tormenta
emerge la luz entre las ruinas,
y la paloma del suelo
busca en el viento
las señales perdidas en el agua.
Hay tierra
en la bastedad del silencio,
en ella los rituales antiguos
tendrán su oficio
en el altar de piedra.
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