Hasta Umberto Eco se dio a la tarea de narrar como Winston Groom. ¿Quién es él?, preguntará el ávido lector de estas líneas. Fue el autor de una novela titulada Forrest Gump. En ella, el protagonista se ve involucrado en los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Conoce a Elvis Presley, enseñándole además el contoneo de caderas que hizo famoso al cantante. Está en el hotel frente a las oficinas de Watergate en el momento en que descubren los micrófonos. Está en la manifestación contra la guerra de Vietnam frente a la casa blanca. Todos los acontecimientos importantes en la historia de USA están en esa novela que Forrest cuenta en una parada de autobús.
No sólo Eco cede a la fama de la novela convertida en película por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks, papel que le valió el segundo Oscar de su carrera. También el escritor Carlos Fuentes escribe por ese tiempo Los años con Laura Díaz donde la protagonista conoce a los personajes más importantes de la cultura mexicana. Diego Rivera junto con su esposa Frida era de ley internarlos en la narración. Laura Díaz tiene dos hijos con un político, tabasqueño para más señas, de aquellos tiempos. El primogénito es sensible, pintor, inteligente y enfermizo. El otro sigue los pasos de su padre convirtiéndose en empresario, de esos feroces impulsados por la grillería mexicana, pensando que, al volverlos cómplices, podrían dominarlos pronto.
El hijo menor no solo no cede ante la imposición del padre, sino que, además, reúne pruebas de las actividades de corrupción de su padre y su partido amenazándolo con rebelarlas si no deja en paz a su madre. Laura Díaz es la mujer que pasa por la historia mexicana convirtiéndose en heroína y precursora del feminismo.
Tampoco es casual que Fuentes publique Los años con Laura Díaz cuando parece casi inminente el final del régimen instaurado bajo la Revolución mexicana, al menos bajo la forma clientelista y partidocrática que Fuentes no vacila en condenar.
La que nos interesa ahora es Baudolino, de Umberto Eco. En una zona del bajo Piamonte donde años después se fundaría la ciudad de Alessandria, el fantasioso y embustero Baudolino conquista a Federico Barbarroja y se convierte en su hijo adoptivo. Baudolino inventa historias que se transforman en Historia y, empujado por la imaginación de su ahijado, Federico emprende una cruzada para restituir al Preste Juan la más prestigiosa reliquia de la cristiandad, el Santo Grial.
Federico muere en el intento, y será Baudolino quien continúe el viaje hacia tierras lejanas, desafiando monstruos y enamorando a la más singular de las hijas de Eva. Aventura picaresca, novela histórica, relato de un delito imposible, teatro de invenciones lingüísticas hilarantes, esta obra es una celebración del mito y la utopía.
Eco recurre a la misma técnica de las novelas anteriores aquí citadas, narrando la vida de un joven que va conociendo a todos los personajes importantes y los acontecimientos relevantes de la Edad Media. Bellamente contada, la novela es una de las más inteligentes creada por el italiano
El joven Baudolino camina entre cruzados y templarios, entre santos y santas, entre monstruos de fantástica bestialidad y encontrando la tumba de los reyes magos que, según la leyenda, está en la ciudad de Colonia en Alemania. Tras la batalla de Legnano Baudolino muestra a Barbarroja la carta falsificada donde da las coordenadas del cáliz. Poco después asiste a la paz de Venecia, donde se ejercita como espía.
Durante su estancia en la ciudad adriática Zósimo, monje bizantino también espía, en este caso al servicio del basileus (los emperadores bizantinos) aprovecha para hacerse con una copia de la carta del Preste Juan a Federico, y poco después aparece una carta, esta sí del verdadero preste dirigida al Emperador de los griegos. Tras esto, Baudolino se casa con una muchacha de Alessandria, pero la chica muere poco tiempo después.
Años más tarde Baudolino viaja a Constantinopla, donde capturarán a Zósimo y asistirán a la muerte de Andrónico I. De vuelta, Baudolino descubre que su madre ha muerto, y visita a su padre que está asimismo agonizando. Hablando sobre el Santo Grial, Gagliaudo, uno de sus amigos, pone en duda que fuese un cáliz rico, puesto que Jesucristo había sido un hombre pobre.
Ahí surge la idea en la mente fantasiosa del personaje. Baudolino tiene la idea de hacerse con la escudilla de madera que su padre usaba para vender vino. Entrega el cuenco a Federico Barbarroja diciéndole que es el Santo Grial, el cual adquirió por medio de unos caballeros templarios llegados de Tierra Santa, y sugiriéndole llevarlo de nuevo al Preste Juan, al que presenta como su legítimo dueño.
En un largo viaje que dura veinticinco años, Eco demuestra toda la amplitud de su estilo literario. Baudolino conoce eunucos, unicornios y extrañas caricaturas de hombres.
Baudolino, Forrest Gump, Los años con Laura Díaz son novelas de vasta inteligencia, dignas de volver a encontrarlas, dignas de compartir la bien elaborada técnica con la que están hechas. Dignas de ese elemento que siempre olvidan los novelistas, la imaginación.
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